¡Hola! Qué placer volver a teneros al otro lado de esta 'news' tras el parón de agosto. Espero que hayáis tenido un gran verano y que si seguís de vacaciones os las estéis gozando. Este verano un socorrista me ha llamado señora. Le pedí que fuera a ver qué hacían mi hijo y su amigo. Los había perdido de vista. Yo estaba en la playa, sentada en mi butaca. Mateo y su amigo se habían ido a escalar unas rocas (tienen 15 años) y salieron de mi área de visión. Antes de nada he de decir que el socorrista estaba haciendo guardia por la orilla y caminaba en dirección a las rocas en cuestión (era una playa pequeña). -Hola, mira, puedes por favor ver si hay dos niños en esas rocas, uno con bañador azul y otro con bañador amarillo fluorescente, los he perdido de vista. -Claro. Y lo hizo, fue, vio a los dos adolescentes, intercambiaron unas palabras y vinieron los tres de vuelta. Yo, perdiendo una oportunidad de callarme, le dije: -Ay, gracias. Igual pensabas que eran críos pequeños... -Hombre, señora, si me ha dicho que era su hijo... me imaginaba la edad. Será posible. Deseo de corazón que disfrutes con estos contenidos. Gracias por leer y por compartir. Sonia |
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