¡Hola! Si algo me gusta lo consumo por toneladas o al menos lo intento (no se ha dado el caso de que me vuelva loca el caviar, por ejemplo). Cerca de casa hay una verdulería en la que una vez mi marido compró tomates La Palma, procedentes de Granada. Buah. Era como comer caramelos, de verdad. Cada semana me comparaba una caja de dos kilos, solo los tomaba yo en casa. Hablo en pasado porque hace meses que la señora de la verdulería nos dijo que ya no vendrían más hasta el otoño… y aquí estamos, a 17 de octubre y sin que hayan vuelto los dichosos tomates. He probado a comprar otros, al principio de Granada, también, luego de todo tipo de lugares, pero nada. He invertido en tomates más que en unos zapatos caros… y no he encontrado nada parecido. He comido tomates buenos, muy buenos, pero buenos de otra manera. No como estos. No tengo vicios caros ni demasiado perjudiciales, a no ser que enferme por sobredosis de tomates, y el otoño no acaba de darme la paz que me suele dar esta estación, así que por favor: que vuelvan los tomates La Palma. Deseo de corazón que disfrutes con estos contenidos. Gracias por leer y por compartir. Sonia |
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no groserias