¡Hola! Aquí estamos de vuelta, cumpliendo la amenaza de volver tras la navidad 😈. Me despedí con la promesa de contaros el top 3 de los arranques que más os han gustado y aquí van: Me compré mi primer Iphone en verano, era el 5. Lo cuidaba como a mi propia vida. Por mucho que me esmeré, acabó el verano con algunos granos de arena entre la pantalla y el marco, y en el orificio por el que se metía el cargador. De vuelta a Madrid paré en una gasolinera a repostar y pensé: si le meto un chute de aire a presión en las zonas donde está la arena, lo limpiaré. Era un plan sin fisuras. Fui a la máquina Aire/Agua que hay en todas las gasolineras (eran gratis entonces, ahora hay que pagar por este servicio), sujeté el móvil fuerte con una mano y con la otra agarré la delgada manguera. Apunté sonriendo (qué lista soy, me cago en la leche, pensaba), apreté y salió el chorro de agua a presión más terrorífico que había visto en mi vida. Los del servicio técnico de Apple no daban crédito. Ayer, durante la comida, mi compañera Alicia me preguntó si todas las cosas que cuento en estos 'arranques' (así llamamos a esta parte de la newsletter) eran verídicas. "Pues claro". Ya me gustaría que no lo fueran, como cuando le dije a un chico alto y joven que salía del ascensor cojeando y con un bastón: "Anda... pero ¿qué te ha pasao?", "que soy cojo", me respondió. Alicia también me dijo que le gusta mucho leer estos textos, así que hoy se lo dedico - Y en lo más alto del Podio
En Almería no llueve nunca, y no es una forma de hablar. El día que me casé llovía de tal manera que afectó a la electricidad de varias zonas de la provincia, incluido el pueblo en el que celebraba la boda, que se quedó a oscuras. Yo fui a casarme en descapotable, porque como en Almería no llueve nunca… Durante la cena a mi amigo Paco le dio un ataque epiléptico y la gente gritaba: ¡un médico, un médico! Después, mi cuñada Gloria sufrió una lipotimia y se desplomó de repente. Uno de los camareros resbaló, se cayó y se rompió las gafas con tan mala suerte que se clavó un trozo de cristal en la cara y hubo que darle puntos. Ah, se me olvidaba: ese mismo día, por la mañana, nos llamaron del ayuntamiento para decirnos que el lugar de la celebración "no tenía los permisos en regla" y era muy probable que la policía clausurara la fiesta. Y a ver ahora quién tiene narices para decirme que 'está feo' que una novia beba de más en su boda. Deseo de corazón que disfrutes con estos contenidos. Gracias por leer y por compartir. Sonia |
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no groserias