¡Hola! Este minipuente lo he pasado con amigos en un pueblo portugués cerca de Braga. Éramos tres familias y el primer coche en salir rumbo a destino era el mío. Alquilamos la propiedad por una app y el dueño iba mandando mensajes por esa vía y nos daba la información con cuentagotas (hasta el punto de que la clave para entrar no la envió hasta 60 minutos antes de la hora de entrada). La reserva la teníamos hecha desde septiembre, y en el anuncio de la casa venía la ubicación exacta en Google Maps. Ubicación que yo tenía metida en mi navegador para una llegada eficiente y sin fallo. Tras cinco horas largas de viaje (era noche cerrada a pesar de que el reloj solo marcaba las 19:00), llegamos... o no. La dirección estaba correcta, pero las fotos no se correspondían con la realidad. Además, el entorno... no me parecía a mí el más adecuado para una casa rural, a escasos metros de un centro comercial. No sé... raro. Le pregunté a unos señores con el convencimiento de que el portugués y el español son prácticamente el mismo idioma: "Cómo no me van a entender". Acabamos hablando en inglés y me dijeron que a donde yo iba estaba lejos de allí, que era mejor esperar al día siguiente ya que estábamos en la misma dirección pero en otra ciudad. Escribí al grupo de mis amigos para decirles que la ubicación estaba mal, que no la siguieran y que metieran en el navegador, a mano, la dirección exacta del lugar, con el código postal incluido... Sorprendentemente, ellos estaban siguiendo el camino adecuado porque el dueño de la casa esa misma mañana había enviado unas coordenadas "más exactas" y eran las que habían metido en sus navegadores. Deseo de corazón que disfrutes con estos contenidos. Gracias por leer y por compartir. Sonia |
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