¡Hola! Hace unos cuantos años (pongamos 25 por ejemplo) me fui con dos amigas a Ámsterdam. Alquilamos tres bicicletas para movernos por la ciudad y la última noche salimos tomar algo. Tuvimos la genial idea de 'candar' todas las bicis con un solo candado (nos parecía más seguro) y de guardar los tres pasaportes en uno de nuestros bolsos junto con la llave que liberaba las bicis. No solo nos robaron el bolso sin que nos enteráramos, también cabe destacar que al día siguiente era domingo, salía nuestro vuelo a Madrid, no teníamos documentación, la embajada estaba cerrada y el policía que nos atendió (con una camisa hawaiana) solo nos hablaba en holandés. Por supuesto no teníamos móviles y no había internet. Y así fue como mis amigas y yo descubrimos que los salvoconductos no eran sólo cosas de espías, testigos protegidos o delincuentes internacionales en tránsito. Deseo de corazón que disfrutes con estos contenidos. Gracias por leer y por compartir. Sonia |
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no groserias