¡Hola! Hace unos meses (finales del verano pasado) me propuse entrenar algo que me cuesta mucho: decir que no. Os doy contexto: cuando iba a poner en práctica mi nueva actitud me encontraba veraneando en la misma urbanización en la que vive mi hermano y su mujer con sus hijas (mis sobrinas). Las niñas jugaban cada noche en un parque infantil dentro del recinto. Mi ventana daba a ese parque y el portal del bloque de apartamentos estaba a escasos metros. Bien. Una noche tocaron a la puerta y al abrir había cuatro o cinco niñas capitaneadas por una de mis sobrinas: -"Titaaaaaaaaaaaaaa ¿nos das un vaso de agua?". -"Sí, claro, pasad". ¿Sabéis quién estuvo un mes poniendo vasos de agua cada noche (varias veces por noche)? Deseo de corazón que disfrutes con estos contenidos. Gracias por leer y por compartir. Sonia |
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no groserias